QUEDARSE CIEGO


(Reflexión sobre el Evangelio de San Juan, capítulo 9, del versículo 1 al 41)
Hay muchas maneras de quedarse ciego en la vida, formas diversas de caminar en tinieblas sin saber exactamente qué queremos o hacia dónde vamos.
Es muy fácil pasarse la vida entera ocupados, sólo por las cuestiones más urgentes y prácticas, y vamos viviendo aunque no sepamos ni por qué ni para qué.
Es también corriente vivir programado: la sociedad, la publicidad y las modas van a ir decidiendo qué me ha de interesar, lo que se lleva, cómo tengo que pensar o cómo voy a vivir. Son otros los que deciden; yo me dejo llevar ciegamente.
Otra manera de caminar en tinieblas: vivir haciendo «lo que me apetece», olvidando siempre esa voz interior que me recuerda mi responsabilidad.
Probablemente el mejor modo de vivir ciegos es mentirnos a nosotros mismos aparentar, fabricarnos una personalidad falsa, y vivir así.
Es también tentador ignorar, cerrar los ojos y mirar a otro lado, para no ver lo que no nos interesa. Ver sólo lo que queremos ver.
Según el relato del ciego de Siloé, Jesús puede «abrir los ojos» a la persona pero hay que dejarse.

1 comentario:

Magdalena dijo...

que reflexion mas cierta es esta�� asi vivimos, y as� nos va.
la vida nos hace, no ver y caminar en tinieblas.
creo que la vida es mas simple y mas sencilla pero la sociedad en la que vivimos nos arrastra y es una pena , un saludo