MIEDO A LA RELIGIÓN (Mt. 21,28-32)

Practicar una religión, orar o celebrar la propia fe se ve a menudo como un comportamiento desfasado, impropio de una persona progresista. Precisamente, poner en práctica lo que decimos y creemos es esencial para un cristiano.

El mensaje de la parábola de Jesús, es claro: ante Dios, lo importante no es «hablar» sino «hacer». Para cumplir la voluntad del Padre del cielo, lo decisivo no son las palabras, promesas y rezos, sino los hechos y la vida cotidiana. Jesús critica precisamente la postura ambigua de quienes dicen «sí» a Dios con la boca para luego decirle «no» con el comportamiento de cada día.
Son bastantes los cristianos que se instalan cómodamente en su fe sin que su vida apenas se vea afectada lo más mínimo por su relación con Dios. Su fe es un añadido, un complemento de lujo o una nostalgia que se conserva todavía de los años de la infancia. Pero no algo nuclear que anima su vivir diario. La fe queda convertida en una costumbre, un tiempo de paz y serenidad semanal, o en una prudente medida de seguridad para ese futuro que tal vez exista después de la muerte.
Todos hemos de preguntarnos con sinceridad qué significa realmente Dios en nuestro diario vivir.

Dios rompe nuestros esquemas Domingo 25 TO

Los cristianos no terminamos de creer en el Dios increíblemente bueno del que habla Jesús. Los predicadores no acertamos a presentarlo con convicción. Nosotros seguimos con nuestras ideas acerca de Dios.

El mensaje de Jesús rompe todos nuestros esquemas. El dueño de la viña no se fija en el esfuerzo y trabajo que han realizado los diversos grupos de obreros sino en lo que necesitan para vivir. Así es Dios, dice Jesús.
Aunque a nosotros nos sorprenda, Dios no está mirando nuestros méritos sino nuestras necesidades. Por eso, Dios increíblemente bueno, nos regala incluso lo que no nos merecemos. Apliquemos esto a nuestra manera de tratar a las personas.
¿Tratamos a los demás por los méritos que han hecho, o por lo que necesitan? ¿Cómo tratan unos padres a su hijo pequeño?

En Roma con el Obispo

Este grupo de seminaristas, sacerdotes y diáconos, junto a D. Amadeo en el viaje a Roma que se ha organizado desde el Seminario. En la foto publicada por la Hoja Diocesana, se puede reconocer a Jesús, seminarista de Guareña, que ha participado en la misma. También podemos ver a Ismael. Ahora es diácono, pero el día 11 de octubre será ordenado sacerdote y después ofrecerá su cuidado y atención pastoral a esta comunidad parroquial de Guareña, y también a las parroquias de Manchita y Cristina. Se trata del que aparece completamente en la izquierda de la foto.



Ayuda a los países pobres

Una pregunta que suele hacerse la gente cuando se le pide colaborar en una ayuda a los países pobres, en una ayuda al desarrollo, es si esa ayuda va a llegar realmente a su destino, a las personas que lo necesitan. Es muy conveniente que procuremos colaborar con asociaciones o instituciones que nos ofrezcan confianza y garantía, es importante saber que la ayuda llega.
Pero tan importante o más es saber si esa ayuda es eficaz, si realmente mejora la vida de las personas que lo necesitan. Muchas veces el dinero de la ayuda al desarrollo que envían los gobiernos o instituciones, sirve como moneda de cambio para obtener ventajas comerciales para las empresas de los países ricos que la ofrecen; a veces el dinero de la ayuda al desarrollo se utiliza para comprar vehículos militares o incluso armamento; a veces esa ayuda es en especie, como semillas transgénicas que luego empobrecen la tierra y hacen depender a esos campesinos de la multinacional que las vende; a veces se usa en construir, por ejemplo un gran mercado en la capital, mientras los campesinos no tienen agua para regar sus cultivos; a veces se usan para realizar obras faraónicas que después va a ser muy dificil mantener.
Esto sucede porque al elaborar los programas de ayuda al desarrollo no se conocen o no se tienen en cuenta las necesidades, ni los puntos de vista de las personas que tendrían que ser beneficiarias de estas ayudas. Se dialoga con instituciones intermedias que tienen otra visión de la realidad y de las necesidades. A veces las instituciones internacionales como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional imponen condiciones a los gobiernos de estos paises empobrecidos, a cambio de recibir estas ayudas, condiciones para ajustar su economía como ahorrar en gastos sociales.

Fiesta del Cristo: Exaltación de la Cruz


LA EXALTACIÓN DEL AMOR
Celebramos los cristianos una fiesta extraña y desconcertante: la «exaltación de la Cruz» en medio de una sociedad que sólo parece exaltar el placer y el bienestar. ¿No es esto ensalzar el dolor, glorificar el sufrimiento y la humillación, ir contra la alegría de la vida?
Sin embargo, cuando un creyente mira al Crucificado sólo descubre amor inmenso de Dios que ha querido compartir nuestra vida y nuestra muerte. La Cruz nos revela el amor increíble de Dios.
Si Dios sufre en la cruz, no es porque ama el sufrimiento sino porque no lo quiere para ninguno de nosotros. Si muere en la cruz, no es porque menosprecia la felicidad, sino porque la quiere y la busca para todos, sobre todo para los más olvidados y humillados. Si Dios agoniza en la cruz, no es porque desprecia la vida, sino porque la ama tanto que sólo busca que todos la disfruten un día en plenitud.Por eso, la Cruz de Cristo la entienden mejor que nadie los crucificados: los que sufren impotentes la humillación, el desprecio y la injusticia, o los que viven necesitados de amor, alegría y vida.

Preparando la despedida de José Luis

Como ya sabéis, el Sr. Obispo traslada a José Luis a Orellana la Vieja. Antes de que se vaya queremos agradecer su presencia entre nosotros y decirle adiós. Por eso, la Parroquia ha querido preparar una misa de acción de gracias el día 27 de septiembre, sábado a las 21,00h. en Santa María. Al salir, en el atrio, todos podremos tener unas palabras con él, mientras tomamos un refresco y unos dulces. El Consejo de Pastoral invita a todo el que quiera participar en este acto. Queremos agradecerle su presencia entre nosotros con un detalle, un regalo; todavía no hemos decidido qué será. Y queremos también acompañarle en su presentación en Orellana, el día 28 de septiembre, domingo. Por eso hemos puesto un autobus; quien quiera ir a su presentación, puede apuntarse en el despacho parroquial.

Domingo 7 agosto 2008

Allí estoy yo en medio de ellos ( Mt 18, 15-20)
Hay quienes piensan que la fe es un asunto puramente personal que cada uno ha de resolver en lo íntimo de su conciencia, y creen que pueden alimentar su fe sin relación con ninguna comunidad creyente.
La fe no es sólo una experiencia que se vive individualmente ni un proceso interior que se alimenta en la intimidad del propio corazón; el verdadero creyente alimenta su fe en el seno de una comunidad compartiendo con otros hombres y mujeres la misma esperanza en Jesucristo.
Las comunidades concretas que cada uno conocemos no son como quisiéramos. Las celebraciones litúrgicas nos pueden resultar a veces aburridas y hasta penosas. Es fácil entonces la tentación de distanciarnos poco a poco.
Pero puede ser también el momento de creer y vivir con realismo y humildad la presencia de Cristo en medio de los creyentes. Nuestra mediocridad no impide que se cumplan sus palabras: "Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos". En medio de esa modesta asamblea de hombres y mujeres agitados por deseos, conflictos y esperanzas tan diferentes, está El.