Cristo de las Aguas

Foto de la fiesta de este año 2009.
Muchas gracias a todos.

Domingo 26 del tiempo ordinario. 27 septiembre 09

Evangelio según san Marcos 9,38-43. 45. 47-48

Dijo Juan a Jesús: - Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros. Jesús respondió: - No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros, está a favor nuestro. Y, además, el que os dé a beber un vaso de agua, porque seguís al Mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la Vida, que ir con las dos manos al infierno, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la Vida, que ser echado con los dos pies al infierno. Y si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el Reino de Dios, que ser echado con los dos ojos al infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.
Los cristianos no terminamos de superar una mentalidad de casta privilegiada que nos impide apreciar todo el bien que se realiza en ámbitos alejados de la fe. Pensamos que somos nosotros los únicos portadores de la verdad, y que el Espíritu de Dios sólo actúa a través de nosotros. Una falsa interpretación del mensaje de Jesús. El reino de Dios se extiende más allá de la institución eclesial. No crece sólo entre los cristianos sino entre todos aquellos hombres de buena voluntad que hacen crecer en el mundo la fraternidad. Según Jesús, todo aquél que «echa demonios en su nombre» está evangelizando. Todo hombre, grupo o partido capaz de «echar demonios» de nuestra sociedad y de colaborar en la construcción de un mundo mejor, está, de alguna manera, abriendo camino al reino de Dios. Es fácil que también a nosotros como a los discípulos, nos parezca que no son de los nuestros, porque no entran en nuestras iglesias ni asisten a nuestros cultos. Sin embargo, según Jesús, «el que no está contra nosotros, está a favor nuestro». Todos los que, de alguna manera, luchan por la causa del hombre, están con nosotros. Los cristianos deberíamos valorar todos los logros humanos grandes o pequeños, y todos los triunfos de la justicia que se alcanzan en el campo político, económico o social. Los políticos que luchan por una sociedad más justa, los periodistas que se arriesgan por defender la verdad y la libertad, los obreros que logran una mayor solidaridad, los educadores que se desviven por educar para la responsabilidad; aunque no parezcan siempre ser de los nuestros, «están a favor nuestro» si se esfuerzan por un mundo más humano.

Sobre la mujer...

Para llorar… DISPARATES HISTÓRICOS SOBRE LA MUJER

“Cuando una mujer tuviera una conducta desordenada y dejara de cumplir sus obligaciones del hogar, el marido puede someterla y esclavizarla. Esta esclavitud puede, incluso, ejercerse en la casa de un acreedor del marido y, durante el período en que durase, le es lícito (al marido) contraer un nuevo matrimonio". Código de Hamurabi (Constitución Nacional de Babilonia, otorgada por el rey Hamurabi, que la concibió bajo inspiración divina, siglo XVII a.C.)

“La mujer debe adorar al hombre como a un dios. Cada mañana debe arrodillarse, nueve veces consecutivas, a los pies del marido y, con los brazos cruzados, preguntarle: ¿Señor, que deseáis que haga?” Zaratustra (filósofo persa, siglo VII a.C)

“La naturaleza solo hace mujeres cuando no puede hacer hombres. La mujer es, por tanto, un hombre inferior." Aristóteles (filósofo, guía intelectual y preceptor griego de Alejandro el Grande, siglo IV a.C.)

“Aunque la conducta del marido sea censurable, aunque éste se dé a otros amores, la mujer virtuosa debe reverenciarlo como a un dios. Durante la infancia, una mujer debe depender de su padre, al casarse de su marido, si éste muere, de sus hijos y si no los tuviera, de su soberano. Una mujer nunca debe gobernarse a sí misma." Leyes de Manu (Libro Sagrado de la India, Siglo III a. C.)

"Que las mujeres estén calladas en las iglesias, porque no les es permitido hablar. Si quisieran ser instruidas sobre algún punto, pregunten en casa a sus maridos.” San Pablo (apóstol cristiano, año 67 d.C.)

“Los hombres son superiores a las mujeres porque Alá les otorgó la primacía sobre ellas. Por tanto, dio a los varones el doble de de lo que dio a las mujeres. Los maridos que sufrieran desobediencia de sus mujeres pueden castigarlas: abandonarlas en sus lechos, e incluso golpearlas. No se legó al hombre mayor calamidad que la mujer." El Corán (libro sagrado de los musulmanes, recitado por Alá a Maomé en el siglo VI)

“Cuando un hombre fuera reprendido en público por una mujer, tiene derecho a golpearla con el puño, el pié y romperle la nariz para que así, desfigurada, no se deje ver, avergonzada de su faz. Y le está bién merecido, por dirigirse al hombre con maldad y lenguaje osado." Le Ménagier de Paris (Tratado de conducta moral y costumbres de Francia, siglo XIV)

“Los niños, los idiotas, los lunáticos y las mujeres no pueden y no tienen capacidad para efectuar negocios.” Enrique VII (rey de Inglaterra, jefe de la Iglesia Anglicana, siglo XVI)

“El peor adorno que una mujer puede querer usar es ser sabia.” Lutero (teólogo alemán, reformador protestante, siglo XVI)

"Todas las mujeres que sedujeran y llevaran al matrimonio los súbditos de Su Majestad mediante el uso de perfumes, pinturas, dientes postizos, pelucas y relleno en caderas y pechos, incurrirían en delito de brujería y el casamiento quedaría automáticamente anulado." Constitución Nacional Inglesa (ley del siglo XVIII)

A la vista de estos textos, es evidente lo difícil que ha sido para las mujeres conseguir la actual casi igualdad con el hombre.

Y para enjugar en parte las lágrimas…

"Mujeres, sois lo mejor del mundo,
la alegría de la creación,
la sonrisa de la naturaleza,
el calor del hogar,
la intuición del saber,
la compañía de la ternura,
la belleza del ser.
Lleváis en vosotras la historia de la raza humana,
las tradiciones de la tribu,el moldear cuerpos y almas,
el inspirar a los que inspiran
y el regir a los que rigen,
el estar presente en todo sin ser vistas,
y el ser vistas por todos con la callada envidia
y oculta adoración de todo hombre que admira a toda mujer
pero no se lo admite ni a sí mismo
por temor o soberbia.
La mujer es la corona de la creación
y toda la creación lo sabe...
pero una cosa es saberlo y otra reconocerlo en la práctica. En eso la sociedad va todavía muy por detrás de la realidad y la Iglesia aún por detrás de la sociedad. En veinte siglos de cristianismo organizado, a la mujer no se le ha dado el puesto que le corresponde en la Iglesia...."
Carlos Vallés s.j. ("Querida Iglesia")

Cruces y Cristos... Paredes y parados...

Parece que alguien se propone una tarea ardua. Me refiero a la de retirar crucifijos de los lugares públicos. Tarea ardua, por no decir imposible, y no porque los cristianos vayan a crear dificultades –a los cristianos se les exige ser respetuosos con todo el mundo-, sino por la naturaleza misma de la empresa, pues se trata de retirar, no estatuas o ídolos, sino símbolos, y los símbolos se rebelan cuando alguien pretende suprimirlos, ya sea con razones o con leyes.

El crucifijo recuerda y representa –simboliza- a un hombre que pasó por el mundo haciendo el bien, y que fue violentado por la injusticia de los poderosos, acosado sobre todo por los poderes religiosos de su tiempo.

El crucifijo recuerda y representa a los humildes que nadie toma en consideración, a los oprimidos que no se rinden, a los excluidos que mantienen la esperanza.

Además, para muchos, el crucifijo recuerda y representa el amor que Dios les tiene y al que Dios los llama, la gracia y la justicia que Dios les ofrece y que ellos agradecen, la paz que sólo de Dios les puede venir y que nadie les puede quitar.

Se podrá retirar de los espacios públicos un símbolo, pero otros mil lo sustituirán. Por las aulas de las escuelas se pasearán la A y la Z, que evocan el principio y el fin; la T y la X, que forman la cruz; las JHS, que van diciendo «Jesús». ¡Hablará de Cristo todo el abecedario!

Y los niños dibujarán peces y panes y racimos, y el profesor hablará sentado en su cátedra y detrás de una mesa, y peces, pan y uvas, cátedra y mesa hablarán a su modo de un hombre de nombre Jesús, que se hizo palabra y comida para la vida de todos. Y desde las páginas de cualquier libro, se asomará al horizonte de la mirada el perfil de un velero, y entre las velas los ojos adivinarán la cruz. Con la cruz echaremos el ancla, y a la cruz amarraremos las estachas de nuestra embarcación.

¡Hasta el Juan Sebastián de Elcano habrá de ser desmantelado si no se quiere que los símbolos hablen de Cristo! Y si, cargados de razón, nos empeñásemos en que las paredes de los espacios públicos han de quedar en blanco, no podríamos evitar que aquel blanco, que ha superado los controles más escrupulosos de la laicidad, nos hablase de un hombre al que la resurrección revistió con luz de inmortalidad.

Y luego aún quedan ellos, los de siempre, hombres y mujeres que llenan los espacios públicos. Se podrá retirar de allí un crucifijo, todos los crucifijos, pero mientras no se retire al hombre, allí estará Cristo, con su cruz y con la nuestra.

Mejor nos iría, si nos dedicáramos todos a bajar de sus cruces a los pobres cristos: Menos preocupación por las paredes, y más atención a los parados, a los inmigrantes, a los sin techo, a los discapacitados, a los excluidos… ¡a Cristo!

+ Fr. Santiago Agrelo. Arzobispo de Tánger




Paraísos fiscales


Impuestos


24 domingo del tiempo ordinario

Renuncia, sacrificio, esfuerzo, entrega, disciplina... Son palabras muy difíciles de entender en la sociedad actual. Lo importante es disfrutar de la vida al máximo, ahora mismo. Gozar de todo. No detenerse ante nada. Poseer siempre más. No perdernos nada que nos apetezca. ¿Cómo pueden resonar en nuestra sociedad las palabras de Jesús: «Mirad, el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por el evangelio, la salvará»? Hemos de entender bien la llamada de Jesús. No se trata de renunciar a esta vida terrena para alcanzar un día la del cielo. Lo que se le pide al discípulo es entender su vida en términos de entrega y no de posesión. Apostar por el amor y la solidaridad, y no por el egoísmo y el acaparamiento. Las palabras de Jesús son tajantes. Quien quiera «salvar» su tranquilidad, su cuenta corriente, su vida privada, sus intereses... al margen del evangelio, destruirá su vida para siempre. Se echará a perder como persona, pues está prescindiendo del amor. Por el contrario, quien sepa «perder» dinero, tiempo, comodidad, tranquilidad... por vivir el espíritu del evangelio, salvará su vida. Alcanzará la plenitud de la vida, pues su existencia se alimenta del amor.

Hambruna mundial. El cinismo de los líderes.

El hambre es lo más letal que ha inventado la injusticia humana. Causa más muertes que todas las guerras. Elimina a cerca de 23.000 vidas al día, ¡casi mil personas por hora! Las principales víctimas son los niños.

Al día de hoy son ya 950 millones las personas amenazadas por el hambre crónica. Eran 800 millones el año pasado. Pero aumentó el número debido a la expansión del agronegocio, cuyas tecnologías encarecen los alimentos, y a la mayor extensión de áreas destinadas al cultivo de agrocombustibles, producidos para saciar el hambre de las máquinas y no de la gente.

El ser humano soporta casi todo: políticos corruptos, humillaciones, agresiones, indiferencias, la opulencia de unos pocos. Hasta el plato vacío. Por eso incluso se puede decir que nadie muere por la falta completa de alimentos. Los hambrientos, cuando no tienen nada que comer, llevan a la boca, para engañar el hambre, sobras recogidas en la basura, lagartos, ratones, gatos, hormigas e insectos varios. La falta de vitaminas, carbohidratos y otros nutrientes esenciales debilita el organismo y lo hace vulnerable a las enfermedades. Los niños raquíticos mueren de un sencillo resfriado, por carencia de defensas.

Hay apenas cuatro factores de muerte precoz: accidentes (de trabajo o de tránsito), violencia (asesinato, terrorismo o guerra), enfermedades (cáncer o sida) y hambre. Ésta produce el mayor número de víctimas. Sin embargo es el factor que menos movilizaciones suscita. Hay campañas contra el terrorismo o la violencia de género, pero ¿quién protesta contra el hambre?

Los miserables no hacen protestas. Sólo quien come se pone en huelga, sale a las calles, manifiesta en público su descontento y reivindicaciones. Como esa gente no sufre amenaza de hambre, los hambrientos son ignorados.

Ahora los líderes de las naciones más ricas y poderosas del mundo, reunidos en el G-8, en L’Aquila, Italia, a principios de junio, decidieron liberar US$ 15.000 millones para aplacar el hambre mundial.

¡Qué cinismo se gasta el G-8! Él es el responsable de que los hambrientos sean multitud. Éstos no existirían si las naciones metropolitanas no adoptasen políticas proteccionistas, barreras aduaneras, transnacionales de agrotóxicos y de semillas transgénicas. No morirían de hambre casi 5 millones de niños al año si el G-8 no manipulase a la OMC, no incentivase la desigualdad social y todo lo que la aumenta: el latifundio, la especulación con los precios de los alimentos, la apropiación privada de la riqueza.

¡Sólo 15.000 millones de dólares! ¿Saben esos señores y señoras del G-8 cuántos millones destinaron para salvar, no a la humanidad, sino al mercado financiero, desde septiembre del 2008 a junio del 2009? ¡Mil veces esa cantidad! 15.000 millones de dólares sirven sólo para ofrecer unos caramelos a algunos hambrientos. Sin contar con que buena parte de esos recursos irá a la bolsa de los corruptos o servirá de moneda de cambio electoral. ‘Le doy un pan, déme un voto’.

Si el G-8 tuviera verdadera intención de erradicar el hambre del mundo promovería cambios en las estructuras mercantilistas que rigen la producción y el comercio mundiales, y canalizaría más recursos hacia las naciones pobres que hacia los agentes del mercado financiero y a la industria bélica.

Si los dueños del mundo quisieran acabar realmente con el hambre declararían el latifundio un crimen de lesa humanidad y permitirían la libre circulación de alimentos, parecido a lo que sucede con el dinero.

De igual manera, si tuvieran también el propósito de erradicar el narcotráfico, en vez de agarrar a unos pocos traficantes, pondrían sus máquinas de guerra a destruir definitivamente los campos de plantación de marihuana, de coca, de opio y de otros vegetales, transformándolos en áreas de agricultura familiar. Sin materias primas no hay traficante capaz de producir droga.

Decir que el G-8 intenta acabar con el hambre o salvar el planeta de la degradación ambiental equivale a esperar que la próxima Navidad Papá Noel traiga de regalo una vida digna para todos los niños pobres. Tanto es el cinismo, que los líderes mundiales prometen establecer bases de sustentabilidad ambiental a partir del 2050.

Ahora bien, si la naturaleza enseña algo obvio es que, a medio plazo, estaremos todos muertos. Si la Tierra ya perdió un 25% de su capacidad de autorregeneración, ¿qué pasará si la humanidad tiene que esperar otros 40 años para que se tomen medidas eficaces?

Si los que no pasan hambre tuvieran, al menos, hambre de justicia, virtud calificada por Jesús como bienaventuranza, entonces la esperanza en un futuro mejor no sería vana.

Frei Betto (Traducción de J.L.Burguet)