Miércoles de Ceniza: Empieza la Cuaresma


¿Qué es la cuaresma?

Cuaresma es el tiempo litúrgico penitencial y de conversión por excelencia de la Iglesia.

Es la intensa preparación para la celebración de los misterios de la Pascua; porque celebramos la Pascua nos preparamos en Cuaresma.

El tiempo cuaresmal prepara a los fieles a oír la Palabra de Dios y a orar, más intensamente.


¿Cuál es la espiritualidad de la cuaresma?

La cuaresma es tiempo de contemplación de nuestra historia como historia de salvación. Es tiempo para dejar actuar a Dios en nuestra propia historia, que nos acerca a Jesús, y nos va configurando con Él.

En cuaresma hay que ir al desierto: al interior silencioso y reposado de cada uno. En el desierto se aprende a saborear, a callar y escuchar antes que hablar. Se aprende a encontrar la propia identidad y el proyecto de Dios sobre nuestra vida.

En el propio desierto es más fácil contemplar los desiertos del hombre y de la sociedad actual. En cuaresma hay que ir al desierto interior con Dios para mostrarle nuestras grietas más íntimas, nuestra aridez, para suplicarle el agua del oasis de su gracia sanadora. Cuaresma es salir del Egipto de nuestras esclavitudes y pasar al mar de la libertad de los hijos de Dios.

¿Cuál es el sentido del ayuno y abstinencia?

La invitación a ayunar, sobre todo en el tiempo de cuaresma, no tiene la intención de un castigo, de una auto mortificación o de desprecio del cuerpo.

Al contrario, el ayuno ha de vivirse bien, sin angustias ni exageraciones; sin escrúpulos ni actitudes enfermizas. En resumen: con alegría cristiana.

1. Renunciar al pan humano nos recuerda que el pan de vida es Cristo y su palabra. Debemos comprender que no se vive para comer y beber. El hombre, por ser imagen y semejanza de Dios, tiene hambre y sed de vida eterna.

2. Ayunando queremos expresar que los valores materiales no son absolutos. Es una respuesta a una sociedad consumista, que nos invita a apropiarnos de las cosas y no darles un uso correcto. Con el ayuno, la cultura del tener se convierte en la cultura de la solidaridad y del compartir.

3. El ayuno nos hace más libres. Es signo del dominio sobre nosotros mismos, sin que eso signifique motivo de orgullo y soberbia. Es un signo para estar disponibles al servicio y a la caridad.

4. El ayuno nos abre a los demás. Lo que ahorramos ayunando podemos destinarlo a las necesidades ajenas. La solidaridad es un fruto del verdadero ayuno.

5. Es útil para la salud de nuestro ser. El ayuno es muy importante, pues nos ayuda a tener un bienestar físico, psicológico y espiritual. El exceso de comida y bebida, por no compartir, nos resta dinamismo espiritual, nos embota y nos enferma.

¿Cómo es el ayuno que los profetas anunciaban?

El ayuno que yo quiero es éste: abrir las prisiones injustas, desatar las coyundas de los yugos, dejar libres a los oprimidos, romper todas las cadenas, partir tu pan con el que tiene hambre, dar hospedaje a los pobres que no tienen techo; cuando veas a alguien desnudo, cúbrelo, y no desprecies a tu semejante. Entonces clamarás al Señor y él te responderá, gritarás y él te dirá: “Aquí estoy”.

Cuando destierres de ti los yugos, el gesto amenazante y las malas intenciones; cuando partas tu pan con el hambriento y sacies el estómago del indigente, entonces brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hoy visitamos el portal de la Parroquia y hemos estado conociendo y visitando esta página, los niños del grupo de catequistas Juana y Cati nos ha parecido muy interesante, tiene mucha información, muchas fotos y hemos podido disfrutar de una catequesis innovadora con Internet y las Nuevas Tecnologías.

un saludo cariñoso:

Laura, Angel, Emperatriz, Lucía, Marina y Nerea, junto con la catequista Juana.