25 enero 2009, 3º domingo tiempo ordinario

Marcos 1, 14 - 20
Jesús se marchó a Galilea a proclamar la Buena Noticia de Dios. Decía:
-«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»
Vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.
Jesús les dijo: «Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.»
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.

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Jesús no enseña una doctrina para que sus discípulos la aprendan y la difundan. Jesús anuncia un acontecimiento que está ya ocurriendo. Él ya lo está viviendo y quiere compartir su experiencia con todos.

Marcos resume así esta experiencia: «Está cerca el reino de Dios»: pues quiere construir un mundo más humano. «Convertíos»: no podéis seguir como si nada estuviera ocurriendo; cambiad vuestra manera de pensar y de actuar. «Creed en esta Buena Noticia».

Después, la primera actuación de Jesús es buscar colaboradores para vivir y llevar adelante su proyecto. Jesús va a vivir abriendo caminos al reino de Dios. No es un rabino sentado en su cátedra, que busca alumnos para formar una escuela religiosa.

Ser cristiano no es aprender doctrinas, sino seguirle a Jesús en su proyecto de vida. Pero es necesario escuchar desde dentro su llamada: «Venid detrás de mí». Escuchar esta llamada significa despertar la confianza en Jesús, tener fe en su proyecto, identificarnos con Él.

Éste podría ser hoy un buen lema para una comunidad cristiana: ir detrás de Jesús. Ponerlo al frente de todos. Centrar toda nuestra preocupación y toda nuestra actividad en seguir más de cerca a Jesucristo. Nuestras comunidades cristianas se transformarían. La Iglesia sería diferente.

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