1º Domingo adviento. 29 noviembre 2009

Evangelio de San Lucas 21,25-28, 34-36
Dijo Jesús a sus discípulos: -Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes… Los hombres quedarán sin aliento por el miedo… Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación. Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y la preocupación del dinero… Estad siempre despiertos… y manteneos en pie ante el Hijo del hombre.

ESTAD SIEMPRE DESPIERTOS (José Antonio Pagola) El evangelio refleja los miedos y la incertidumbre de aquellas primeras comunidades cristianas, que vivían en medio del Imperio romano, entre conflictos y persecuciones, con un futuro incierto. Ahora vivimos en medio de las dificultades e incertidumbres de estos tiempos; y la Iglesia actual marcha a veces como una anciana "encorvada" por el peso de los siglos, las luchas y trabajos del pasado, "con la cabeza baja", consciente de sus errores y pecados…

Es el momento de escuchar la llamada que Jesús nos hace a todos. «Levantaos», animaos unos a otros. «Alzad la cabeza» con confianza. No miréis al futuro solo desde vuestros cálculos y previsiones. « Se acerca vuestra liberación». Un día ya no viviréis encorvados, oprimidos ni tentados por el desaliento. Jesucristo es vuestro Liberador.
Pero hay maneras de vivir que impiden a muchos caminar con la cabeza levantada confiando en esa liberación definitiva. Por eso, «tened cuidado de que no se os embote la mente». No os acostumbréis a vivir con un corazón insensible y endurecido, buscando llenar vuestra vida de bienestar y placer, de espaldas al Padre del Cielo y a sus hijos que sufren en la tierra. Ese estilo de vida os hará cada vez menos humanos. «Estad siempre despiertos».

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