Ayer sábado 7 de junio celebramos el rito del envío de estas personas, para que ejerzan desde ahora este ministerio en la Parroquia. Algunas de ellas ya lo venían ejerciendo, y se renuevan en él; otras se estrenan por primera vez. Se trata de ayudar al sacerdote en la distribución de la comunión en las celebraciones en las que acude un gran número de fieles a comulgar, y para la distribución de la comunión a los enfermos que no pueden venir a la Iglesia.
Soy ministro extraordinario de la Sagrada Comunión, y me considero una persona privilegiada por haberme elegido Dios para este servicio. Llevar a las personas mayores y enfermas la Comunión, es para mi una gran satisfacción y una gran alegría, sobre todo porque veo lo que esto significa para ellos. ¡Gracias, Señor, porque has hecho que mis manos sean portadoras de Ti!
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