Jesús no es un difunto. Es alguien vivo que ahora mismo está presente en el corazón de la historia y en nuestras propias vidas. No hemos de olvidar que ser cristiano no es admirar a un personaje del pasado; ser cristiano es encontrarse ahora con un Cristo lleno de vida cuyo Espíritu nos hace vivir.
"Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo».
"Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo».
Este es el gran secreto que alimenta y sostiene al verdadero creyente: el poder contar con Jesús resucitado como compañero único en el camino de la vida. Él está ahí para que no nos dejemos dominar nunca por el mal, la desesperación o la tristeza. El infunde en lo más íntimo de nuestro ser la certeza de que es el amor, la energía suprema que hace vivir al hombre más allá de la muerte.
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