El hecho de que 2.500 millones de personas subsistan con menos de dos euros al día, ya ha dejado de ser noticia (si alguna vez lo fue); en cambio, si unos cuantos bancos quiebran y centenares de banqueros especuladores se quedan sin los millonarios beneficios que habían buscado, arriesgando el dinero que no era suyo, entonces el mundo se tambalea, y es la noticia del momento.
Las conclusiones de la situación que vivimos:
1.- Los gobiernos de los paises desarrollados han preferido asumir el riesgo moral de salvar a quienes han vulnerado las reglas de la ética. Los tiburones de las finanzas sabían que sus operaciones eran muy arriesgadas. Y quien paga después es el pueblo, la gente sencilla.
2.- Los dos billones de euros que han empleado las autoridades europeas en reflotar bancos tramposos, podrían haberse invertido en construir cientos de hospitales, carreteras, colegios, etc. En España hay ocho millones de personas que están bajo el umbral de la pobreza; 2,8 millones de españoles no tienen trabajo.
3.- Pero este sunami económico que nos tiene locos, no parece que haga peligrar las bases, los fundamentos de este sistema, de esta manera de organizar la economía, que está resultando injusta y criminal. Al revés, todo parece indicar que vamos a hacerle algunas reformillas para que siga en pie.
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